Muchas veces solo vemos el resultado de la instalación de los pavimentos de resina, con un acabo de colores elegante, unas terminaciones estéticamente muy agradables.
Pero la pregunta es, ¿Cómo realmente se lleva a cabo la instalación de los pavimentos de resina?
Para ellos es importante tener en cuenta algunos factores muy importantes, más que nada para evitar que haya puntos vulnerables que puedan en un futuro desencadenar un deterioro del pavimento. La idea no solo es evitar esas zonas vulnerables sino también de reforzar esas zonas para que el pavimento cumpla con su prolongada duración y siempre luzca como nuevo.
Lo primero que se debe hacer antes de la instalación del pavimento es comprobar que el hormigón donde se vaya aplicar esté limpio, sin contaminación y sobretodo que este poroso para que la adherencia sea de gran calidad. Para conseguir que este proceso sea el más óptimo, existen 3 técnicas. El pulido, el fresado y el granallado.
Un paso a tener en cuenta debida su importancia es, no pasar por alto el control de la humedad, siempre y cuando se quiere conseguir un resultado óptimo y deseado. Luego de haber controlado la humedad y haber preparado el soporte donde se vaya instalar el pavimento, se cuida también los detalles, de posibles grietas o fisuras, lijando los bordes de arquetas y sumideros, más que nada para asegurarse del anclaje del pavimento.
Una vez cumplido todos estos pasos, se procede a la imprimación, aplicando el puente de adherencia, imprimación epoxi, metacrilato o acrílica o según requiera el sistema. Luego se continúa con la instalación del pavimento continuo, aplicando el mortero de resina o cemento, no se debe olvidar que esta capa es importante porque marca el aspecto final del pavimento.
Para terminar se protege el pavimento con la aplicación del sellado protector de altas prestaciones y por último se integra las medias cañas sanitarias también llamados zócalos sanitarios.